El mantenimiento preventivo debe de anticiparse a los posibles fallos del sistema, desde una perspectiva de buena conservación de las instalaciones de control, para ello se llevaran acabo en distintas fases.
Si nos encontramos ante un nuevo proyecto lo primero es documentarse y para ello, se llevarán a cabo reuniones con el cliente, para conocer de primera mano la información del sistema y sobre todo, evaluar la documentanción de partida con que contamos. Toda información es poca.
En esta visita se verifica el BMS de principio a fin: revisión de cuadros eléctricos, revisión de elementos de campo, verificación del estado de funcionamiento general del sistema. Estado del PC de Control, el S.O. SCADA, la regulación-programación y las comunicaciones. Tras esta primera visita, se suelen programar otras de frecuencia semestral o anual, según las preferencias del cliente.
Con toda la información recogida y documentada, nos volvemos a nuestra oficina a trabajar en el informe de estado del BMS. En él reflejaremos el nivel de optimización de cada uno de los aspectos revisándose la visita.
Al final del informe de estado del BMS, encontraremos una serie de recomendaciones con actuaciones que se deben de llevar a cabo para que el BMS opere al 100% de sus capacidades. Estas actuaciones se encontrarán clasificadas por su nivel de importancia.
Para llevar a cabo la subsanación de estos correctivos, se hace entrega junto con el informe, una valoración del coste asociado a cada una de las incidencias detectadas, quedando al criterio del cliente cuando acometerlas. Durante la visitas, se suelen llevar a cabo pequeños correctivos como reapriete de conexiones que se detectan defectuosas, o limpieza de sensores de elementos de campo, son lo que llamamos SC (soft corrective). Además a lo largo del servicio, cambie no el personal a cargo del edificio, se programa sesiones de formación para refrescar o ampliar las capacidades de gestión del sistema